lunes, 9 de diciembre de 2013

Por el Alcázar vienen



Publicado en Córdoba Cofrade especial Cuaresma 2013







Por el Alcázar vienen, desde San Basilio, blancos y morados, los naza
renos de Pasión. Viene entero el viejo barrio amurallado. Barrio clásico, de casas encaladas y floridos patios. De balcones con reposteros y, hasta hace unas horas, túnicas planchadas sobre las camas.  Viene el barrio acompañando a su vecino más ilustre camino de la Catedral, por uno de los más bonitos recorridos que una cofradía puede realizar. Arco de Caballerizas Reales. Alcázar de los Reyes Cristianos, Palacio episcopal, Triunfo de San Rafael, fachada de la Catedral… sobre las doradas y nobles piedras de los monumentales edificios se recorta la sombra del dulce Nazareno de los hortelanos.
No le vence el peso de la Cruz que amorosamente abraza para nuestra redención. Como antaño hiciera con su brazo por las huertas de extramuros, va ahora repartiendo bendiciones con su mirada. Las simbólicas golondrinas del escudo de la corporación atenuarán el dolor de la corona de espinas. Sobre el calvario de su paso caoba, orgullo de la talla cordobesa, y rodeado de una nube de incienso, avanza con la elegancia de las cuadrillas viejas y un punto toreras.
Tras él, Bajo palio rojo símbolo de su advocación, María Santísima del Amor recorre la calle de la Amargura con el consuelo del más joven de los discípulos. El que nunca abandonó. Deslumbrará al espectador con el flamígero resplandor de una candelería numerosísima y metódicamente colocada. Bosque de olorosa cera pura. Toda ofrenda es poca para la madre de Dios. Toda luz empequeñece a su lado. No hay peso que doblegue a una delantera de palio cuando el corazón empuja hacia arriba.

A lo largo de todo el recorrido, pero especialmente de recogida, después de que en la Catedral cobre sentido pleno su estación de penitencia, lloverán de los balcones nubes de pétalos, y hondas saetas se clavarán desgarradoras en el corazón de quienes presencien el momento.  El Señor del Alcázar viejo vuelve a su casa. Despacito recorrerá el paso del Nazareno la calle Manríquez al son aflamencado de la agrupación musical. Siempre de frente. Siempre al son. No querrá la judería que se aleje de ella la Virgen del Amor. Parecerá incluso que estrecha sus calles queriendo retenerla. Más sus bambalinas sortearán con elegancia jazmines y farolas. No querrá su hermandad que termine la noche mágica. Santos Mártires, Arco de Caballerizas, y de nuevo, el barrio. Su barrio. 


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