lunes, 16 de diciembre de 2013

Glorias entre la penitencia

 Publicado en Córdoba Cofrade especial Glorias 2013



GLORIAS ENTRE LA PENITENCIA

Las cofradías penitenciales, lejos de encerrarse exclusivamente en la meditación de la pasión de Nuestro Señor y los dolores de María Santísima,  con frecuencia se relacionan estrechamente con las devociones gloriosas de su entorno. A veces por tener también ese carácter en alguno de sus titulares. En otras ocasiones por proximidad o por diversas razones de afinidad. Esa relación estrecha se reflejará en algunos cortejos penitenciales de forma directa y evidente, mientras que en otras ocasiones requerirá una observación algo más atenta.
Así, veremos, por ejemplo, integrado en el cuerpo de nazarenos de la cofradía de Pasión, el estandarte de la Virgen del Tránsito. Las dos devociones del viejo barrio de San Basilio han compartido desde su reorganización o fundación más circunstancias que la simple vecindad. La colaboración mutua y el alto número de hermanos compartidos ha estrechado siempre los lazos de ambas corporaciones, hasta el punto de que, cuando el Señor de la Pasión presidió el viacrucis de las cofradías, lo hizo sobre el paso de la dulce “Virgen de Acá”.
De forma parecida, un nazareno de la Paz sostiene el estandarte del redil eucarístico de la Divina Pastora. La gran devoción de los capuchinos, extendida por toda Andalucía, se materializa así en el blanco cortejo reforzando los lazos de devoción, afinidad y vecindad. No será éste el único guiño que la corporación del Miércoles Santo hace a devociones gloriosas. El techo de su flamante palio muestra al custodio de la ciudad, el arcángel Rafael, en talla, oro y sedas. A su vez, en la calle de su candelería, una pequeña imagen de la Virgen del Rocío refuerza la unión entre la cofradía penitencial y la hermandad romera. También  María santísima de la Palma, de la hermandad de la Entrada Triunfal, muestra en su frontal otra reproducción en orfebrería de la Virgen del Rocío.
La devoción almonteña se encuentra muy extendida en Córdoba, si bien no es la que cuenta con más representaciones entre las penitenciales. Este honor corresponde, -y casi no podría ser de otro modo-, a San Rafael, al que podemos ver, además de en el citado techo de palio de la Paz, en la peana de la reina de los Ángeles, una gran obra de orfebrería y marfil.  Encontramos de nuevo al protector de los cordobeses en las calles de la candelería de la virgen del Buen Fin y en la de Ntra. Sra. de los Dolores, si bien alguna vez la Virgen servita ha llevado una cruz de plata en lugar del custodio. También está presente en el paso de la Soledad, y en sitio preeminente, en el paso de Ntra. Sra. de las Angustias. Otro San Rafael, como los últimos citados, en madera estofada y policromada, presidía el frontal del antiguo paso de Jesús Nazareno, aunque no encontró un lugar en el extraordinario canasto caoba realizado por Valverde.
Especialmente representados se encuentran también los mártires de Córdoba. El excepcional palio de la Reina de los Mártires cuenta con un relicario en su calle, réplica del que ocupa la barroca capilla sacramental de San Pedro. Por su parte, la hermandad de la Misericordia, fusionada con la de los Mártires,  porta una urna muy similar en el paso del Señor. Mas no se reduce a esas urnas toda la representación martirial  de estas cofradías, ya que la basilical procesiona también un relicario de mano, y el palio de la Buena Muerte está plagado de representaciones martiriales, desde las palmas que salpican manto y palio hasta la orfebrería de los respiraderos, además de unas pequeñas  imágenes de Acisclo y Victoria en el llamador. También el Resucitado, en su antiguo paso, tuvo imágenes de los mártires patronos de la ciudad. Aunque el nuevo no los lleva, las anteriores esculturas se conservan en la casa de hermandad.
De nuevo, la calle de la candelería de Ntra. Sra. del Mayor Dolor sirve a la hermandad del Caído para representar su devoción a la recientemente coronada Virgen del Carmen y su unión con la casa carmelitana que le sirve de sede. Esta buena vecindad con la archicofradía del Carmen es más evidente aún al incluir en su cortejo el estandarte del Niño Jesús de Praga. Por su parte, la cordobesa devoción a la Virgen de la Fuensanta se ve representada en la hornacina central del paso de la bellísima Virgen de las Angustias.
El beato que trajo el via crucis a Europa, Álvaro de Córdoba, está representado en una cartela del luminoso canasto de la Cena, por tener la hermandad su sede en la parroquia a él dedicada. Por su parte, la capilla central de los respiraderos de la Virgen de la Piedad cobijan una miniatura de la Purísima Concepción de Linares, señalando la relación de hermanamiento de ambas cofradías. Con toda lógica en una agrupación salesiana, la gloria de su palio, pintada por Martínez Cerrillo, es una representación de María Auxiliadora, reina coronada del santuario en que tiene su sede la corporación, que además incluye en su cortejo una insignia dedicada a San Juan Bosco, cotitular del Prendimiento.

La hermandad de la Sentencia muestra de dos hermosas maneras a su cotitular de gloria, la virgen de la Alegría. Aparece representada en la gloria de su magnífico techo de palio, escoltada por ángeles como corresponde a su representación mural más antigua. A su vez aparece de nuevo, pintada por Luis López de Pereda en el medallón central de su nuevo simpecado, una más que interesante pieza dieciochesca recientemente rescatada y restaurada a mayor gloria de María Santísima.

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