Publicado en Córdoba Cofrade especial Glorias 2013
GLORIAS ENTRE LA PENITENCIA
Las cofradías penitenciales, lejos de encerrarse
exclusivamente en la meditación de la pasión de Nuestro Señor y los dolores de
María Santísima, con frecuencia se
relacionan estrechamente con las devociones gloriosas de su entorno. A veces
por tener también ese carácter en alguno de sus titulares. En otras ocasiones
por proximidad o por diversas razones de afinidad. Esa relación estrecha se reflejará
en algunos cortejos penitenciales de forma directa y evidente, mientras que en
otras ocasiones requerirá una observación algo más atenta.
Así, veremos, por ejemplo, integrado en el cuerpo de
nazarenos de la cofradía de Pasión, el estandarte de la Virgen del Tránsito. Las
dos devociones del viejo barrio de San Basilio han compartido desde su
reorganización o fundación más circunstancias que la simple vecindad. La
colaboración mutua y el alto número de hermanos compartidos ha estrechado
siempre los lazos de ambas corporaciones, hasta el punto de que, cuando el
Señor de la Pasión presidió el viacrucis de las cofradías, lo hizo sobre el
paso de la dulce “Virgen de Acá”.
De forma parecida, un nazareno de la Paz sostiene el
estandarte del redil eucarístico de la Divina Pastora. La gran devoción de los
capuchinos, extendida por toda Andalucía, se materializa así en el blanco
cortejo reforzando los lazos de devoción, afinidad y vecindad. No será éste el
único guiño que la corporación del Miércoles Santo hace a devociones gloriosas.
El techo de su flamante palio muestra al custodio de la ciudad, el arcángel
Rafael, en talla, oro y sedas. A su vez, en la calle de su candelería, una
pequeña imagen de la Virgen del Rocío refuerza la unión entre la cofradía
penitencial y la hermandad romera. También María santísima de la Palma, de la hermandad
de la Entrada Triunfal, muestra en su frontal otra reproducción en orfebrería
de la Virgen del Rocío.
La devoción almonteña se encuentra muy extendida en Córdoba,
si bien no es la que cuenta con más representaciones entre las penitenciales.
Este honor corresponde, -y casi no podría ser de otro modo-, a San Rafael, al
que podemos ver, además de en el citado techo de palio de la Paz, en la peana
de la reina de los Ángeles, una gran obra de orfebrería y marfil. Encontramos de nuevo al protector de los
cordobeses en las calles de la candelería de la virgen del Buen Fin y en la de
Ntra. Sra. de los Dolores, si bien alguna vez la Virgen servita ha llevado una
cruz de plata en lugar del custodio. También está presente en el paso de la
Soledad, y en sitio preeminente, en el paso de Ntra. Sra. de las Angustias. Otro
San Rafael, como los últimos citados, en madera estofada y policromada,
presidía el frontal del antiguo paso de Jesús Nazareno, aunque no encontró un lugar
en el extraordinario canasto caoba realizado por Valverde.
Especialmente representados se encuentran también los
mártires de Córdoba. El excepcional palio de la Reina de los Mártires cuenta
con un relicario en su calle, réplica del que ocupa la barroca capilla sacramental
de San Pedro. Por su parte, la hermandad de la Misericordia, fusionada con la
de los Mártires, porta una urna muy
similar en el paso del Señor. Mas no se reduce a esas urnas toda la
representación martirial de estas
cofradías, ya que la basilical procesiona también un relicario de mano, y el
palio de la Buena Muerte está plagado de representaciones martiriales, desde
las palmas que salpican manto y palio hasta la orfebrería de los respiraderos,
además de unas pequeñas imágenes de
Acisclo y Victoria en el llamador. También el Resucitado, en su antiguo paso,
tuvo imágenes de los mártires patronos de la ciudad. Aunque el nuevo no los
lleva, las anteriores esculturas se conservan en la casa de hermandad.
De nuevo, la calle de la candelería de Ntra. Sra. del Mayor
Dolor sirve a la hermandad del Caído para representar su devoción a la recientemente
coronada Virgen del Carmen y su unión con la casa carmelitana que le sirve de
sede. Esta buena vecindad con la archicofradía del Carmen es más evidente aún
al incluir en su cortejo el estandarte del Niño Jesús de Praga. Por su parte,
la cordobesa devoción a la Virgen de la Fuensanta se ve representada en la
hornacina central del paso de la bellísima Virgen de las Angustias.
El beato que trajo el via crucis a Europa, Álvaro de
Córdoba, está representado en una cartela del luminoso canasto de la Cena, por
tener la hermandad su sede en la parroquia a él dedicada. Por su parte, la
capilla central de los respiraderos de la Virgen de la Piedad cobijan una
miniatura de la Purísima Concepción de Linares, señalando la relación de
hermanamiento de ambas cofradías. Con toda lógica en una agrupación salesiana,
la gloria de su palio, pintada por Martínez Cerrillo, es una representación de
María Auxiliadora, reina coronada del santuario en que tiene su sede la corporación,
que además incluye en su cortejo una insignia dedicada a San Juan Bosco,
cotitular del Prendimiento.
La hermandad de la Sentencia muestra de dos hermosas maneras
a su cotitular de gloria, la virgen de la Alegría. Aparece representada en la
gloria de su magnífico techo de palio, escoltada por ángeles como corresponde a
su representación mural más antigua. A su vez aparece de nuevo, pintada por Luis
López de Pereda en el medallón central de su nuevo simpecado, una más que
interesante pieza dieciochesca recientemente rescatada y restaurada a mayor
gloria de María Santísima.
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