Publicado en Córdoba Cofrade especial Cuaresma 2013
Fotografía tomada del perfil de facebook de la hermandad.
Alegría, sí. Alegría sin que por ello se renuncie a
un solo ápice de sentido religioso. Un observador ajeno a la semana santa se
sorprendería al contemplar como la penitencia puede ser alegre. Sin embargo, es
el espíritu salesiano el que invade la estación penitencial de la hermandad del
prendimiento. La radiante juventud del cortejo, la popular forma de andar de
sus pasos, no es sino la aplicación de las palabras de san Juan Bosco (cuyas
reliquias el pasado año visitaron el templo mayor de la diócesis sobre el paso
de Nuestra señora de la Piedad). <<Tristeza
y melancolía, fuera de la casa mía>>.
Que nadie
piense que esa alegría va de la mano de una falta de profundidad en la
formación espiritual de la corporación. La hermandad salesiana es en eso
ejemplar. Por ello, cuando el Divino Salvador es hecho preso sobre el nutrido y
airoso misterio, cuando la soga le ciñe y los suyos le abandonan, los hermanos
de la cofradía sonríen porque tienen ya noticia cierta de su triunfante
resurrección para redimir a la humanidad. Y así caminará triunfal por las
calles cordobesas quien pudiéndolo todo
se dejó prender. Y lo hará levantando los corazones de quienes presencien su
paso. <<Aquí hacemos consistir la
santidad en estar siempre alegres>>.
Pero avanzará
la cofradía con la clara idea de que su estación de penitencia es plena cuando
alcanza los dorados muros de la Catedral. Es completa cuando adora a Jesús
sacramentado en el templo mayor de la diócesis, sede de su pastor y símbolo de
su unidad. Y para ella realizará un esfuerzo notable. Su colosal paso requiere
calles mayores a las que suelen usar las cofradías en su acceso a la Catedral.
Pero el prendimiento sacrificará con alegría horas y fuerza para la consecución
de esa meta. <<La Eucaristía y la
Virgen son las dos columnas que han de sostener nuestras vidas>>.
Como segunda columna del sueño de Don Bosco, el
Auxilio de los Cristianos. La Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de
la Piedad caminará en pos de su hijo en esa travesía de penitencia y triunfo.
Lloverán las flores y las saetas a su paso, y será consolada en su dolor con la
mejor ofrenda que los jóvenes cofrades salesianos pueden hacerle. Con la oración
musitada bajo el cubrerrostro. Con cera pura, símbolo de fe, que florecerá
rizada para ella. Con el homenaje exuberante de la flor. Con la poesía. Con la
música. Con el andar suave de su cuadrilla. Con los corazones entregados de
cuantos, el martes santo, tienen el privilegio de acompañar a la bella perla
salesiana. <<María es nuestra guía,
nuestra maestra, nuestra madre>>.
Texto en cursiva: frases de San Juan Bosco.
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