domingo, 5 de enero de 2014

La Imagen renovada de una devoción de siempre

Publicado en el Córdoba Cofrade edición de Glorias 2013.

 
fotografía de Gabriel Zurera. Blog "Instantes de Pasión"

La estrecha calleja de la Alegría, y la pequeña y bella ermita que le da nombre, permanecían casi escondidas para el común de los cordobeses hasta que, el 2006, el precipitado cierre de San Nicolás debido a unas grietas, trasladó a este templo el culto normal de la parroquia. Pudieron descubrir entonces muchos feligreses el recoleto templo y su acogedor patio, y conocer que hasta hace aproximadamente un siglo, una de las cofradías de gloria más pujantes de la ciudad era la encargada de rendir allí culto a la Madre de Dios. Todavía en 1873 existía la primitiva hermandad, y así lo refleja Teodomiro Ramírez de Arellano en su libro Paseos por Córdoba, dedicándole varios párrafos a la ermita y a la cofradía propietaria de la misma.
Siempre supo la parroquia, que administraba este templo y le procuraba los usos más diversos, que había una devoción latiendo escondida en el corazón de su feligresía. Y, de la mano de la parroquia, ejemplar siendo una con su templo, lo sabía  la hermandad de la Sentencia, y le dolía que tan señera advocación, unida desde hace cinco siglos al Santísimo Sacramento y a la iglesia de San Nicolás de Bari,  se abandonara en el olvido.  Por ello, hace poco más de veinte años decidió rescatar el culto a la virgen de la Alegría, aunque  al principio fuese mediante la mera incorporación de la advocación al título.
Si bien la original Virgen de la Alegría es una pintura mural, que podemos ver replicada en la gloria del magnífico palio de Gracia y Amparo, la primitiva hermandad tuvo también imagen de bulto, fechable en el siglo XVIII. En 1999, el imaginero Miguel Ángel González Jurado realizó una nueva imagen de la Virgen de la Alegría, de vestir, en la que integró el antiguo niño Jesús, única parte de aquella escultura que pudo rescatarse. La imagen está dotada de gran belleza y juvenil rostro, no desentonando con la dulzura del infante. También rescató la cofradía un interesante ajuar de plata dieciochesco, compuesto por un  cetro y dos hermosas coronas.
Desde entonces, la imagen de la Virgen de la Alegría ha estado presente en los corazones de los hermanos de la Sentencia. Ha presidido en diversas ocasiones el altar eucarístico que la cofradía monta al paso del Corpus, siendo acompañada en sus traslados por el coro polifónico Cantábile o por la banda María Santísima de la Esperanza. También ha formado parte del belén barroco de tamaño natural que la cofradía acostumbra a montar en la ermita cada navidad.
Aunque la Virgen de la Alegría no realiza actualmente salida anual, la intención de la ejemplar hermandad, sin plazos prefijados para llevarlo a cabo, es procesionar su gloria de forma habitual, por su antigua y céntrica feligresía.


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