Publicado en el Córdoba Cofrade edición de Glorias 2013.
fotografía de Gabriel Zurera. Blog "Instantes de Pasión"
La estrecha calleja de
la Alegría, y la pequeña y bella ermita que le da nombre, permanecían casi
escondidas para el común de los cordobeses hasta que, el 2006, el precipitado
cierre de San Nicolás debido a unas grietas, trasladó a este templo el culto
normal de la parroquia. Pudieron descubrir entonces muchos feligreses el
recoleto templo y su acogedor patio, y conocer que hasta hace aproximadamente
un siglo, una de las cofradías de gloria más pujantes de la ciudad era la
encargada de rendir allí culto a la Madre de Dios. Todavía en 1873 existía la
primitiva hermandad, y así lo refleja Teodomiro Ramírez de Arellano en su libro
Paseos por Córdoba, dedicándole
varios párrafos a la ermita y a la cofradía propietaria de la misma.
Siempre supo la
parroquia, que administraba este templo y le procuraba los usos más diversos,
que había una devoción latiendo escondida en el corazón de su feligresía. Y, de
la mano de la parroquia, ejemplar siendo una con su templo, lo sabía la hermandad de la Sentencia, y le dolía que
tan señera advocación, unida desde hace cinco siglos al Santísimo Sacramento y
a la iglesia de San Nicolás de Bari, se
abandonara en el olvido. Por ello, hace
poco más de veinte años decidió rescatar el culto a la virgen de la Alegría,
aunque al principio fuese mediante la
mera incorporación de la advocación al título.
Si bien la original Virgen
de la Alegría es una pintura mural, que podemos ver replicada en la gloria del
magnífico palio de Gracia y Amparo, la primitiva hermandad tuvo también imagen
de bulto, fechable en el siglo XVIII. En 1999, el imaginero Miguel Ángel
González Jurado realizó una nueva imagen de la Virgen de la Alegría, de vestir,
en la que integró el antiguo niño Jesús, única parte de aquella escultura que
pudo rescatarse. La imagen está dotada de gran belleza y juvenil rostro, no
desentonando con la dulzura del infante. También rescató la cofradía un interesante
ajuar de plata dieciochesco, compuesto por un
cetro y dos hermosas coronas.
Desde entonces, la
imagen de la Virgen de la Alegría ha estado presente en los corazones de los
hermanos de la Sentencia. Ha presidido en diversas ocasiones el altar
eucarístico que la cofradía monta al paso del Corpus, siendo acompañada en sus
traslados por el coro polifónico Cantábile o por la banda María Santísima de la
Esperanza. También ha formado parte del belén barroco de tamaño natural que la
cofradía acostumbra a montar en la ermita cada navidad.
Aunque la Virgen de la
Alegría no realiza actualmente salida anual, la intención de la ejemplar hermandad,
sin plazos prefijados para llevarlo a cabo, es procesionar su gloria de forma
habitual, por su antigua y céntrica feligresía.
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